Porcelánico gran formato para fachada

El porcelánico gran formato está diseñado para resistir impactos, la abrasión y el uso continuado sin perder la belleza ni comprometer su estructura.

Gracias a su superficie impermeable, el agua no penetra en el material, lo cual evita filtraciones y conserva la integridad de los muros.

Su baja porosidad hace que sea resistente a las manchas más comunes. Esto se verifica incluso en entornos urbanos y costeros con altos niveles de polución o salinidad.

Ni el sol abrasador ni las heladas más severas afectan su rendimiento. Es especialmente recomendado para regiones con variaciones térmicas significativas o con condiciones climáticas extremas.

Una manguera, un paño húmedo y productos neutros son más que suficientes para dejar la fachada como nueva. No hay necesidad de tratamientos complejos.

El porcelánico puede mantenerse impecable durante décadas. Aunque la inversión inicial pueda parecer un poco más elevada que otros materiales, el ahorro en mantenimiento y su fabulosa durabilidad lo convierten en una elección que resulta sumamente económica en el largo plazo.

Coloca las piezas en vertical si quieres enfatizar la altura del edificio. Este efecto estiliza las estructuras y les otorga una presencia imponente y refinada. Es un excelente recurso para fachadas estrechas y construcciones urbanas que buscan ganar ligereza visual. También puedes jugar con formatos apaisados en vertical para romper la simetría y generar una visual más dinámica.

No todo tiene por qué ser uniforme. Puedes jugar con diferentes diseños de porcelánico dentro de una misma gama cromática, o incluso combinar superficies lisas y rugosas para provocar contrastes visuales y profundidad. Las texturas también influyen en cómo la luz incide sobre las piezas, algo que crea juegos de sombras que dan más vida a una fachada a lo largo del día. 

¿Buscas calidez o dramatismo? La luz cálida tiende a acentuar los tonos terrosos y naturales, mientras que la luz fría potencia las superficies más modernas y pulidas. La iluminación adecuada resalta volúmenes y texturas, y puede cambiar completamente la percepción del material según la hora del día o el tipo de luminaria utilizada. Considera añadir focos dirigidos o luces empotradas para destacar con más precisión determinados sectores clave.

Las juntas mínimas del mismo color que las piezas generan una estética continua y ordenada. Si prefieres destacar el patrón de colocación o crear contraste, opta por utilizar juntas de tonos diferentes. También puedes alternar zonas con juntas más marcadas para delimitar áreas funcionales o decorativas, pudiendo imprimirle ritmo a la superficie sin necesidad de cambiar de material.

El porcelánico es más ligero, resistente y fácil de mantener. Además, su baja porosidad evita filtraciones y su aspecto se mantiene intacto con el paso del tiempo. A diferencia del ladrillo o la piedra, que pueden deteriorarse o requerir sellados, el porcelánico ofrece una solución duradera con una mínima intervención. 

El grosor ideal depende del sistema de instalación. Para fachadas ventiladas, 6 mm puede ser suficiente, mientras que, para sistemas con adhesivo o áreas de mayor exposición, se recomiendan piezas de entre 9 y 12 mm. Es importante recordar que a mayor grosor, mayor resistencia estructural y aislamiento térmico.

Se aconsejan adhesivos cementosos tipo C2TES1 o C2TES2, formulados para soportar tensiones térmicas y garantizar adherencia duradera. Las juntas deben ser flexibles, resistentes al agua y adecuadas para exteriores. En sistemas ventilados, las fijaciones metálicas deben ser específicas y estar certificadas.

Los colores claros reflejan la radiación solar, ayudando a mantener temperaturas frescas en el interior durante el verano. Los tonos oscuros, por otro lado, absorben calor, algo que resulta muy útil en zonas frías. Las texturas pueden favorecer la disipación térmica o el drenaje del agua. Además, combinado con un sistema de fachada ventilada, el porcelánico mejora considerablemente el aislamiento energético del edificio. 

Sí. Su resistencia al agua y a la sal lo hace una opción fabulosa para zonas costeras o húmedas, donde otros materiales tienden a deteriorarse rápidamente. 

No. Su superficie no necesita tratamientos especiales. Agua y jabón neutro bastan para mantenerlo limpio. Esto lo hace un producto ideal para aquellas personas que desean un buen resultado estético, pero sin complicaciones.